IV
Ruiseñor,
no cantes, no vengas, quédate
donde viven los ruiseñores,
donde viven los suspiros que traes,
los poemas que habitan en tu plumaje,
no cantes, no vengas, vete,
aquí nadie tiene tiempo para ti,
aquí nadie sabe como canta un ruiseñor,
te confundirán con pito de arbitro, tren,
o la campanita del señor que vende helados
en la tarde caliente que nunca llueve.
No cantes, no vengas, muere mejor,
que no hay tierra para sembrar las lágrimas,
ni ombligos pare recoger los frutos,
ni manos para unirse a otras manos,
ni una noche dulce sin miedo,
Muere feliz Ruiseñor antes
de ver como matan a las rosas
solo por ser rosas,
una y otra vez,
sin explicación,
sin razón,
sin beneficios.
es sublime me encanta!
ResponderBorrarMe conmueve este poema, me hizo sollozar sin darme cuenta.
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