I
¿A dónde van mis huesos
cuando duermo?
¿A dónde se escapa mi voluntad
cuando me entrego al mar de estrellas
en las madrugadas sin descanso?
¿A qué sabe mi sombra
luego de caminar el desierto tarantulero
de libros, cosas, ropa, imágenes enmarcadas de gente que
no tiene nada que ofrecer en su mirada?
¿Cómo encuentro la salida de mi propia ficción?
Es medio día, no hay planes para la noche,
ni objetivos para el fin de semana,
La taza de café es un universo pequeño y poderoso
en la que se diluye toda mi existencia,
sorbo a sorbo,
se acaba mi esencia,
me transmuto en otro
quizás más amable quizás más déspota,
se acaba el líquido,
desaparezco,
queda en el fondo la imagen,
el espejismo,
de algo parecido a la felicidad.
(Poema: Arturo Barrantes Mora)
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